Colección de Buenas Prácticas de Métodos Didácticos

La actividad "Grupo de Expertos" es una colaboración ejemplar entre el "Centro Ocupacional Padre Villoslada" y un programa profesional de integración social llevado a cabo en el Centro de FP "La Blanca Paloma".

A través de un proceso estructurado en cuatro fases, los estudiantes de integración social desarrollan y ponen en práctica planes de apoyo personalizados para las personas del centro ocupacional para personas con discapacidad. Este proyecto demuestra el valor de los entornos de aprendizaje integradores y pone de relieve prácticas eficaces para los educadores.

Fases de la actividad “Grupo de Expertos”:

Presentación del proyecto: Se trata de la fase inicial en la que los profesionales del centro ocupacional explican el proyecto en el centro de FP. Se trata de una presentación, en la que se exponen los objetivos del proyecto y se establecen las expectativas de colaboración.

También se advierte a los estudiantes de que serán "modelos" para los usuarios del Centro Ocupacional, lo que implica que deben comportarse en consecuencia. Los educadores del Centro Ocupacional preparan a los usuarios del Centro para la actividad.

Fase 1: Evaluación inicial mediante observación directa: En esta fase, los alumnos observan a los usuarios del centro ocupacional en sus actividades diarias de taller relacionadas con el grupo al que están asignados. El objetivo es identificar las áreas en las que los usuarios podrían necesitar apoyo adicional.

Fase 2: Planificación: A partir de las observaciones realizadas en la Fase 1, los estudiantes desarrollan planes personalizados para cada usuario, validados y mejorados por los profesionales del Centro Ocupacional. Estos planes incluyen actividades e intervenciones diseñadas para ayudar a los usuarios a alcanzar sus objetivos de integración social.

Fase 3: Puesta en práctica: Los alumnos ponen en marcha sus planes, trabajando directamente con los usuarios en diversos talleres y actividades.

Fase 4: Evaluación: En la fase final, los estudiantes evalúan el progreso de cada usuario y los profesionales del centro ocupacional proporcionan a los formadores de FP una valiosa información sobre el rendimiento de los estudiantes durante la actividad. Esta evaluación ayuda a determinar la eficacia de los planes personalizados y permite realizar ajustes en caso necesario.

Comprender a los alumnos para lograr un compromiso óptimo:

Perfil mutuo: Tanto los estudiantes de formación profesional como los usuarios de los centros ocupacionales se someten a un proceso de perfilado inicial para garantizar la mejor adecuación posible entre participantes y actividades.

Estudiantes de formación profesional: Los formadores evalúan las capacidades, conocimientos e intereses de sus alumnos mediante una combinación de observaciones, rendimiento en distintas asignaturas y un breve cuestionario. El cuestionario mide su interés por trabajar con usuarios con categorías específicas de discapacidad: Funcionales, Físicas, Cognitivas o de Habilidades Blandas. Esta información ayuda a los formadores a asignar a los alumnos talleres que se ajusten a sus puntos fuertes e intereses.

Usuarios del centro ocupacional: Los profesionales del centro evalúan las capacidades de los usuarios utilizando escalas de evaluación estandarizadas como Lawton & Brody, Barthel (adaptada), MOGIL, ICAP, GENCAT y LOBO. Estas evaluaciones proporcionan información detallada sobre las capacidades funcionales, las habilidades cognitivas y las necesidades de apoyo de los usuarios, lo que permite crear planes de apoyo personalizados y seleccionar los talleres adecuados.

Ventajas de este enfoque:

Mayor personalización: Al tener en cuenta tanto los intereses de los estudiantes como las necesidades específicas de los usuarios, el proceso de emparejamiento garantiza una experiencia más personalizada y significativa para todos los implicados.

Desarrollo de habilidades específicas: Los estudiantes son asignados a talleres en los que pueden aplicar sus habilidades y conocimientos actuales y desarrollar nuevas competencias en áreas afines a sus intereses.

Apoyo optimizado: La evaluación exhaustiva de las capacidades de los usuarios permite crear planes de apoyo altamente personalizados que abordan sus retos y objetivos únicos.

Métodos inclusivos en acción:

Talleres diferenciados: Las actividades se diseñan teniendo en cuenta distintos niveles de destreza (básico, intermedio y avanzado), lo que garantiza la accesibilidad y retos a medida para todos los participantes.

Aprender haciendo: Los alumnos adquieren destrezas prácticas en estrategias de apoyo inclusivo a través de la experiencia directa.

Crear comunidad: La naturaleza colaborativa de la actividad fomenta el apoyo entre iguales y un sentimiento compartido de comunidad entre los usuarios del centro ocupacional y los estudiantes.

Resultados y potencial de impacto:

Capacitar a los usuarios del centro: Los planes individualizados fomentan el sentido de la autonomía y favorecen el avance hacia los objetivos de integración social.

Desarrollo de futuros profesionales: Los estudiantes adquieren conocimientos valiosos sobre las diversas necesidades de los alumnos y refuerzan sus propias prácticas docentes integradoras.

Efecto multiplicador: Esta colaboración tiene el potencial de inspirar una cultura de inclusión tanto en el centro ocupacional como en el programa de formación profesional.

Adaptar el modelo

Aunque este ejemplo se centra en un centro ocupacional de día, los principios básicos podrían aplicarse en diversos contextos educativos.

La actividad "Grupo de EXPERTOS" incorpora inherentemente el concepto del marco "Learner Personas" descrito en el Diverse Courses Toolkit, aunque no se etiquete explícitamente como tal. A través de la fase de observación y las reuniones de intercambio de información, los educadores y formadores profesionales recopilan datos esenciales sobre los usuarios del centro ocupacional y los estudiantes de formación profesional. Estos datos contribuyen a la creación de personajes informales que destacan las necesidades individuales, los puntos fuertes y las preferencias. Estos personajes se utilizan para elaborar planes de apoyo personalizados y seleccionar las actividades adecuadas para cada participante, fomentando así un entorno de aprendizaje más inclusivo y eficaz para todos los implicados.

Ejemplo de adaptación I: Apoyo a un usuario con trastorno del espectro autista (TEA)

Durante la fase de observación, los estudiantes de formación profesional se dieron cuenta de que una de las usuarias del centro, María, que padece TEA, tiene dificultades con la comunicación y la interacción social. A menudo se siente abrumada en entornos de grupo y prefiere trabajar de forma independiente.

Basándose en esta observación, los estudiantes desarrollan un plan personalizado para María que incluye:

Actividades individualizadas: Ofrecer a María oportunidades de trabajar en tareas que se ajusten a sus intereses y puntos fuertes, como organizar materiales o clasificar objetos.

Horarios visuales: Crear horarios visuales para ayudar a María a entender la rutina diaria y las transiciones entre actividades.

Espacio tranquilo: Designar una zona tranquila donde María pueda retirarse si se siente abrumada o sobreestimulada.

Apoyos a la comunicación: Utilizar señales visuales, gestos o instrucciones escritas para facilitar la comunicación con María.

Exposición gradual a actividades de grupo: Introducir poco a poco a María en actividades de grupos pequeños con expectativas claras e interacciones estructuradas.

Mediante la aplicación de este plan personalizado, los alumnos ayudan a María a sentirse más cómoda e implicada en las actividades del centro. María desarrolla gradualmente sus habilidades comunicativas y sociales, a la vez que aporta sus talentos únicos al grupo.