En el coaching no directivo, el individuo o el grupo son los expertos y establecen la agenda. El coach les ayuda a reflexionar sobre la agenda y a aplicar sus propios conocimientos para lograr los resultados deseados.
El coaching no directivo es facilitador. Se basa en el aprendizaje reflexivo y la resolución estructurada de problemas. El coach sólo necesita saber cómo ayudar a las personas a aprender y resolver problemas por sí mismas.
El proceso requiere que el educador utilice
- preguntas intencionadas pero no directivas
- desafíos constructivos
- reafirmación y seguridad para generar confianza.
Los requisitos para la transferibilidad de la práctica son:
Esta práctica puede ser muy eficaz en la educación de adultos y la EFP, y podría ser especialmente útil en entornos de aprendizaje basados en el trabajo.
En contextos más formales, su aplicación requeriría personal específico, adicional a la instrucción tradicional, especialmente en instituciones en las que los instructores deben trabajar con un gran número de alumnos/estudiantes.
Aparte de eso, el proceso es sencillo, y la elaboración de informes es uno de los aspectos más útiles que deben tener en cuenta los educadores/entrenadores.